domingo, 6 de agosto de 2017

El abrigo de Salvador Paniker

─¿Tiene porvenir la entrevista?
─Es un género periodístico que cada vez será más difícil por culpa del apresuramiento con que siempre se hacen.
Salvador Pániker acababa de pronunciar una conferencia en el Ateneo de Sevilla. Y hacía poco se había publicado su libro de entrevistas “Conversaciones en Madrid” que tuvo un éxito internacional.
─A casi todos sus entrevistados preguntó usted sobre la juventud, la vejez, la muerte…
─Sí. ¿Qué pasa con esto?
─Nada. Sólo quería saber por qué abordó esos temas.
─Porque son temas constantes de la condición humana. Me interesan mucho las actitudes de los hombres frente a la muerte.
(Él es ingeniero, filósofo, catalán como su madre. Su padre nació en la India.)
─¿Ha calculado qué tanto por ciento del éxito de su obra corresponde a sus entrevistados?
─Aunque parezca inmodestia, yo creo que si las mismas personas hubiesen conversado con otra persona, el libro no hubiese tenido ninguna repercusión, y quizá si yo hubiera conversado con otras, tampoco.
-¿Cuánto duraban sus conversaciones con los personajes?
-Mucho rato. Y una de las cosas que alcancé fue un clima de relax, porque yo no hacía un interrogatorio como este que me está usted haciendo.
─¿Con la entrevista se pretende desnudar al entrevistado?
─Sí, pero ¿usted ha conseguido desnudarme a mí, por ejemplo? No ha habido tiempo ni de quitarme el abrigo.

(Pániker hizo mucho por la “Asociación Derecho a morir dignamente” Ha fallecido a los 90 años. Tenía 49 cuando estuvo en Sevilla)