miércoles, 24 de enero de 2018

Cuidado con los bikinis y el diálogo

El periodista que también era sacerdote obtuvo permiso para visitar un convento de monjas de clausura de España. Durante su recurrido por el claustro descubrió el curioso medio que tenían las religiosas para subsistir económicamente. Al día siguiente lo publicó ingenuamente en el periódico en el que colaboraba. Lo leyó el obispo de la diócesis donde se encontraba el convento y se enfadó tanto que las dejó sin trabajo. Cuando se enteró el periodista de lo ocurrido la tristeza se adueñó de su ánimo y decidió salir en defensa de ellas.
Las monjas estaban metidas en el engranaje de unos grandes almacenes italianos y a ellas les correspondía hacer diecisiete modelos de bikinis.
Cuando el protagonista de este comentario publicó “La oración de hoy” la censura eclesiástica le quitó la advocación “Nuestra Señora del Diálogo, rogad por nosotros” porque había que tener mucho cuidado con el diálogo.