martes, 10 de abril de 2018

Se llevó años enseñando modales a sus caballos.


Cuando su madre comenzó a envejecer, Ángel Peralta se desvivía por los ancianos. Me cuenta Daniel Pineda Novo, primo del rejoneador, que era una señora tan guapa que en ella se inspiraron los hermanos Álvarez Quintero para escribir “Puebla de las mujeres”. Daniel ya había publicado veinte libros cuando le dijo su primo: “Ven conmigo a las plazas en donde yo rejonee y recoge el ambiente de la fiesta y haz crónicas como las que hicieron Ramón Pérez de Ayala, muy belmontista y como Azorín, que era mucho de Joselito El Gallo”. 
Peralta se llevó muchos años enseñando modales a sus caballos. Comenta Daniel que “Ángel era una persona sobria y apasionada, con gran inteligencia e identificado con sus caballos, a los que hablaba y mimaba” Se ha escuchado un relincho. El relincho de la muerte.
(Foto Diario de Sevilla)